El enojo es una emoción que nos ayuda a defendernos y marcar límites. Cada persona se enfada por diferentes motivos debido a sus valores, creencias y experiencias pasadas. Gestionar adecuadamente esta emoción es clave para resolver conflictos de manera madura y constructiva. Atacar o culpar revela inmadurez, mientras que comunicar necesidades, escuchar al otro y mantener el respeto son señales de madurez emocional. Aprender a convivir con desacuerdos y buscar soluciones constructivas es parte del crecimiento personal.
El problema no es sentir enojo, sino cómo gestionas ese enojo.
