El Papa León XIV instó a la humanidad a recuperar el amor como respuesta a los males del mundo durante la misa de Pentecostés en la Plaza de San Pedro. Enfocó su discurso en la importancia de abrirse al prójimo y romper barreras impuestas por el egoísmo y la soledad. Se refirió a la necesidad de relaciones auténticas y denunció la violencia de género, llamando al amor como sanador de las mismas. Abogó por una Iglesia unida que integre diferencias como riqueza. Condenó los nacionalismos y destacó al amor como fuerza transformadora y pacificadora.
El Papa León XIV aboga por el amor como el camino para sanar un mundo fracturado.
