Ángela Aguilar comparte que sus abuelos la cuidan con gran dedicación, como si fueran colibríes.

Ángela Aguilar revela cómo sus abuelos, Antonio Aguilar y Flor Silvestre, se le aparecen como animales en momentos clave, brindándole fuerza y protección. La conexión espiritual se manifiesta a través de colibríes y mariposas, que disipan su ansiedad y la inspiran en su carrera artística. Estas presencias son su escudo contra el miedo, permitiéndole enfrentar proyectos riesgosos con valentía. Su nuevo disco, “Nadie se va como llegó”, refleja su transformación personal y su arraigado legado familiar.

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