El Gobierno de Donald Trump planea reducir en aproximadamente 1.200 efectivos el personal de las principales agencias de inteligencia de Estados Unidos, priorizando la limitación de nuevas contrataciones para cubrir vacantes. La propuesta busca eliminar funciones redundantes, prescindiendo también de programas de diversidad en cumplimiento de una orden presidencial. A pesar de la controversia, un juez federal ha suspendido temporalmente los despidos de 19 funcionarios. Los recortes se producen en un momento en el que la CIA intensifica su vigilancia sobre China y el tráfico de fentanilo, mientras advierte sobre el interés de servicios de inteligencia extranjeros en reclutar antiguos empleados del Gobierno estadounidense.
La administración de Trump planea reducir de forma progresiva la cantidad de empleados en las agencias de inteligencia.
